Ecos de una gira fugaz.

Ecos de una gira fugaz.
Chile 
A la llegada a Santiago de Chile  el 10 de octubre del 2019, dos semanas antes del estallido de las protestas multitudinarias, pudimos ver  una ciudad ordenada, limpia, muchos avisos de reconstrucción de fachadas por empresas especializadas en esa actividad. A diferencia de otras ciudades latinoamericanas donde la parte histórica es intocable, acá hay poco de ese celo y por el contrario, se observa un afán de demoler lo existente y construir torres de acero y vidrio que simbolizan una economía pujante que hay que mostrar; un ejemplo de ello, son las  inmensas vallas que promocionan al parque urbano más  grande de Latinoamérica, situado en lo  alto de los cerros que bordean a Santiago. Quien logra subir, primero en funicular hasta la estación central en lo alto, y luego en teleférico a las otras  estaciones, tendrá la mejor panorámica de esa ciudad. 
En el vuelo entre Rio de Janeiro y Santiago conversaba con un chileno,  ingeniero que trabaja en el sector minero, y me comentaba que  estaba vacacionando con su familia en Brasil. Paseo que hace tiempo les había ofrecido y no había podido cumplir.  Esta vez, haciendo un gran esfuerzo lo había logrado. Era: ¡Ahora o nunca!   Porque estaba próximo a pensionarse; y  las cosas para los pensionados no eran muy prometedoras. Emma, quien escuchó   la conversación, lo calificó de pesimista. 
Un obrero de la construcción colombiano,  resaltaba la cantidad de trabajo que había en el sector, pero que el costo de vida era tan elevado que tenía que aceptar los trabajos extras que podía hacer luego de salir de su jornada laboral ordinaria y los fines de semana; daba cuenta que los supervisores, maestros de obras, que son chilenos  se quejaban   por las condiciones laborales, que  a su modo de ver las cosas, no les garantizaban seguridad a mediano plazo. 
La prensa chilena destacaba algunas noticias: Era inadmisible-- señalaban algunos representantes de los gremios--  que un alto tribunal fallara; que una profesora de provincia, luego de una larga lucha en todas las instancias judiciales: “Sí tenía  derecho a acceder a sus ahorros de pensión”. 
La sección económica de otro diario destacaba, que casi la mitad  del Fondo de Reserva de Pensiones, había sido dirigido a EEUU. Y otro resaltaba, que una de las entidades encargadas de defender los recursos de la ciudad, estaba proponiendo que las empresas desalinizadoras  debían entregar el 5% del agua producida para uso público, lo que levantó una polvareda entre quienes afirmaban que esa medida “Desestimulaba la inversión”.
Alrededor de la Universidad de Chile, cuya sede Central queda relativamente cerca de la Casa de la Moneda, se estaban presentando en las primeras horas de las mañana algunas protestas de estudiantes de secundaria a quienes le habían quitado algunas beneficios; la gratuidad o parte de ella. Estas protestas eran controladas y disueltas por la policía con alguna rapidez. Me extrañó, cuando al siguiente día volví a pasar por el sector, y ya habían disuelto el movimiento; pero un transeúnte le decía a otro: “No eran solo los chicos. Estaban acompañados de sus padres”.
En una visita a Viña del Mar y Valparaíso, que más que ciudades vecinas; parecen gemelas,… o más bien sectores muy diferenciados de una misma   ciudad.  La primera, donde ya no hay viñedos, sino fabulosas  propiedades de potentados, centros recreacionales elitistas, hoteles de muchas estrellas y casinos que pretender emular a los de Las Vegas,   donde se realiza un festival internacional de la canción, y donde hay un hermoso y monumental Reloj de flores, cuyo mecanismo regaló  la FIFA en 1962, a raíz del mundial de futbol realizado en ese país, que es uno de los sitios  más visitados de  esta ciudad.
Valparaíso, es la ciudad portuaria por donde entra y sale el comercio internacional marítimo.   Al  visitar su zona portuaria, nos explicaba el guía, que esa era la parte más antigua de la ciudad; que había muchas casas deterioradas por el terremoto del 2010 y que sus propietarios, por ser gente de escasos recursos y no contar con apoyo oficial, no podían repararlas por la falta de financiación; además que su reconstrucción debía respetar el diseño original por ser Patrimonio Histórico. Lo primero que pensé, fue: Debe   haber algún consorcio interesado en apoderarse de la zona a quien el gobierno le está haciendo el juego.
Posteriormente afirmaba el mismo guía, que el 80% de Valparaíso eran lomas, que a diferencia de las favelas de Brasil, o los cerros de cualquier otra ciudad latinoamericana; eran cerros con todos los servicios, y de mucha calidad. Alguien pregunto socarronamente: “¿Baratos?” Allí le cambió el talante, para afirmar que a él le estaba quedando difícil pagarlos.
En la parte superior de esos cerros: donde confluyen el Cerro Yungay y San Juan de Dios, se encuentra La Sebastiana, la casa donde vivió Pablo Neruda; reconstruida y convertida en Casa Museo. A su lado hay un colegio que lleva su nombre, y a 50 metros hay un parque pequeño donde aparecen unas esculturas de bronce, donde se destacan la de Pablo Neruda y Gabriela Mistral.   
Una semana antes del estallido de las protestas multitudinarias, al llegar a Buenos Aires me llamó la atención el comentario de uno de los editorialistas del diario El Clarín que tituló: Los peores de barrio. Donde destacaba que la inflación del último año había sido en Chile del 2.2%, Uruguay 7.7%, Perú 2.0%, Brasil 3.4% y Argentina 53.5%, solo superada por Venezuela que era: capítulo aparte. Se dejaba ver en el contexto, la simpatía por el modelo chileno.
Cuando se conocen las noticias de las protestas, el diario El País de Buenos Aires dedica la Contraportada a un artículo de José Pablo Freimann que tituló: Chile y el cambio climático, donde destacaba que el modelo chileno era un ídolo con pies de barro, que mantuvo “(…) el sistema neoliberal de Pinochet. Nadie lo cambi,ó, tampoco Bachelet. Ese sistema se lo dieron los Chicago Boys (…) a quienes antes que un régimen izquierdista prefieren una dictadura sanguinaria (…) Los países poderosos no quieren variar nada. Se sabe: salvarán a los bancos antes que al planeta”.
Un día antes Jorge Heine, profesor de la Universidad de Boston y exembajador de Chile en China, India y Sudáfrica, publicó en Clarín:   Una descripción de los abismos chilenos, donde señalaba que la desigualdad es rampante, encontrándose entre los 10 países con mayor desigualdad de ingresos del mundo. El 5.0% de la población con ingresos más bajos está al mismo nivel  de Mongolia y Moldavia, mientras que el 2.0% de ingresos más altos tienen el mismo nivel de Alemania.
Agregando que nada refleja tanto el drama chileno, como la situación de los jubilados. El sistema de Capitalización individual establecido por la dictadura ha sido un engaño,  solo alcanzan un promedios de 200 dólares mensuales, en uno de los países más caros de América. Donde el sistema tributario está diseñado para perpetuar la desigualdad… Entonces pude entender la preocupación del ocasional compañero de viaje.
Unos días antes de salir de Colombia, los últimos días del mes de septiembre, me llamó la atención un video sobre Chile titulado: El lado oscuro del aguacate. Como consumidor y admirador de las propiedades de este fruto tropical, no podía dejar pasar ese informe, que destacaba ente otras cosas, que entre el 2016 y 2017 la Asociación General de Agricultores de la provincia de Petorca, exportó 25 millones de toneladas de aguacate.
Esta provincia históricamente ha estado ligada a la minería. Ahora la principal actividad económica es la agricultura en torno a los valles de los ríos Petorca  y La Ligua. En la década de 1990  empresarios agrícolas empezaron a comprar las laderas de los cerros para instalar sus granjas, deforestando los bosques  esclerófilos nativos que daban estabilidad a los suelos, desviaron cauces naturales y utilizaron el agua de los acuíferos para regar sus plantaciones, lo que “produce erosión y sobrequimizacion de los suelos; y cambios en la escorrentía superficial”, asegura un dirigente gremial.
Hoy, los cultivos de aguacate se riegan con agua extraída de las napas subterráneas de los ríos señalados, que superficialmente se secaron desde hace alrededor de  años y solo tienen agua unos días, cuando llueve. Para satisfacer las necesidades básicas de la población, el gobierno reparte agua en camiones cisternas, que mitiga en alguna medida la emergencia, poro  cuando esto no ocurre, le toca a los pobladores de esta zona, hacer recorridos muy largos  para procurarse el precioso líquido. 
En el año 1981 durante la dictadura de Augusto Pinochet, se aprobó el Código de Aguas que establece que este recurso es un bien económico y como tal, la forma más eficiente de obtenerlo es a través del mercado, o tramitando   un  derechos de propiedad, que puede ser adquirido a través de una acción administrativa ante la Dirección General de Aguas (DNA). El agua, que en gran parte del país está  en manos privadas, de forma gratuita y a perpetuidad. Es un ejemplo paradigmático de lo es una economía de  mercado.
El gobierno de Michelle Bachelet gestionó algunas reformas a ese Código, pero terminaron engavetadas. Al tomar posesión del gobierno Sebastián Piñera publicó un comunicado en los medios de cobertura nacional donde se  destacaba lo siguiente:   “No toquemos el derecho de propiedad y de certeza jurídica que es parte fundamental del desarrollo del país”
Para los granjeros que por varias generaciones han vivido de sus tierras y han visto morir sus cultivos y animales por falta de agua, la única alternativa que el gobierno les ofrece es: vender esas tierras y los animales que les quedan, y trabajar en la minería que sigue teniendo vigencia en la provincia. 

La ñapa 
Carta a seguidores.
Este espacio nació de la necesidad de adentrarme en el conocimiento de la novelística de Héctor Rojas Herazo, y el  interés  en compartir mis inquietudes y dudas en los hallazgos que iba alcanzando; y  apersonarme del  compromiso de mi generación de reivindicar el nombre de este coterráneo, que incursionó con éxito en diversas ramas de la artes.  Así  surgió la idea del homenaje propuesto en el primer blog.
El recorrido, desde las inquietudes surgidas con la relectura de Respirando el verano, hasta la propuesta del homenaje, ocupó las cuatro primeras entregas, cuyo objetivo ha sido señalar el camino que me ha permitido acercarme al contenido de las novelas de este hijo de nuestra tierra. 
Como quedó consignado desde el principio, que a manera de ñapa se tocarían temas que interesaran a quienes compartían  algunas inquietudes conmigo. De alguno de  ellos, surgió la idea de rescatar el casi olvidado proyecto del Santiaguista viajero, tal como se planteó en el tercer blog. Gracias a ello, la entrega de octubre trajo como ñapa la crónica de Caño Cristales y, la de noviembre,  la primera del Amazonas.
El consenso a que he llegado con ese grupo de seguidores es, que el Blog conste  de tres partes: La primera, dedicada a algunos de esos temas que absorben a la opinión pública, nacional o mundial, de los cuales se quiere una opinión adicional, siendo éste es el medio para satisfacer esa inquietud. 
La segunda, al Santiaguista viajero. Quienes acostumbran a conocer de mis viajes por las crónicas de los mismos, encontrarán  el  espacio  apropiado.  
Y la tercera, que estarán esperando los rojasheracianos, traerá información de las novelas del autor en mención; pero- coinciden las sugerencias- que sea anecdótico y de fácil digestión. Porque los temas muy específicos de la obra del autor, deben ser tratados   en  foros o conversatorios de lectores de ese autor, que tendrán algo que compartir o preguntar sobre su vida y obra.
De esos tres ejes. Se desarrollaran dos, y el otro estará disponible en el camerino.



  

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