Colombia ante la globalización.

Colombia ante la globalización.


A raíz de la pandemia que azota al mundo, no es raro encontrar en los medios de comunicación títulos como: “Globalización en crisis y el retorno de las naciones”, o “El establishment global está en estado de shock” y otros, que destacan que a la hora de responder a la batalla contra la enfermedad, las organizaciones como la ONU, la OMC, el G-7, el G-20, la UE o cualquier otro organismo internacional, ha sido dejados de lado para dar paso a las banderas nacionales y su perdida soberanía. Hay asimismo, voces que vaticinan que esta pandemia transformará las relaciones económicas, políticas y sociales, de la misma manera como lo hicieron las guerras mundiales de la primera mitad del siglo XX. En el mismo sentido se pronuncia la directora gerente del FMI Kristalina Georgieva, cuando señala que el coronavirus provocará “La peor caída de la economía desde la Gran Depresión”. Lo anterior, es una muestra de la preocupación tanto de los analistas, como de los dirigentes de la economía, quienes han empezado a diseñar un modelo neoliberal, pero con mayor presencia del Estado. Ante este panorama cobra vigencia este artículo escribí hace 15 años y que someto a la consideración de ustedes.


Orlando Fals Borda, en Globalización y nosotros los del sur, ponencia presentada en el foro mundial temático realizado en Cartagena el 19 de junio del 2003, señala que muchos interpretan a la globalización como sucesora natural de las ideas de progreso y libre cambio introducidas por los filósofos de la ilustración. De allí que parezca válido verla como una forma polivalente de llegar a la prosperidad y bienestar general. Pero donde se han aplicado en su nombre políticas neoliberales, han aumentado la miseria y la iniquidad.

En el mismo sentido se pronuncia Joseh Stiglitz, premio Nobel de economía del año 2001, quien además fue economista jefe y vicepresidente ejecutivo del Banco Mundial. En su obra El malestar de la globalización, reconoce que si bien la globalización ha dinamizado el comercio internacional, reduciendo el aislamiento de muchos países que han tenido acceso a nuevas tecnologías, ha llevado a que las condiciones de vida de los países pobres hayan empeorado, mientras ha aumentado el ingreso de los países ricos.

Los estados nacionales que han fomentado políticas de apertura a la globalización, han cedido parte de su soberanía presionados por entidades como el Fondo Monetario Internacional, cuyo objetivo en teoría es mantener la estabilidad económica mundial, y el Banco Mundial que fue creado para erradicar la pobreza pero en la práctica, estos organismos hacen todo lo contrario. Empezando porque ambas instituciones gastan gran parte del dinero ajeno en burocracia, tal como lo denuncia Georg Soros, quien entiende la globalización como el libre movimiento de capital y el aumento del dominio por parte de los mercados financieros y corporaciones multinacionales ante las economías nacionales. Soros es uno de los adalides de la globalización, pero que luego de su enriquecimiento gracias a la especulación financiera, predica un "capitalismo equitativo", y encuentra que tanto el FMI como el BM son contrarios a ese propósito.

La articulación de la sociedad de consumo con la de la información,  es como entiende la globalización Boaventura De Sousa Santos quien destaca que es la imposición de imperialismos culturales la que canibaliza las diferencias en vez de permitir el dialogo entre ellas bajo la insidia de silencios, manipulaciones y exclusiones, que entran en contradicción con el afianzamiento de los localismos, las territorialidades y las identidades.

Esa visión del mundo agrega, es tan tenaz y contagiosa que se transmite en formas culturales, educativas y hasta subliminales, usado al máximo las ventajas de la tecnología en los medios de comunicación que no perdonan diferencias geográficas, etnográficas, de idiosincrasia, género o edad, y que ejercen un gran efecto de contenido y forma sobre los patrones psíquicos. Son una forma de manipulación, que a su vez es síntoma de opresión. 

Así, las capas sociales superiores de los países tercer mundistas que la han adoptado, se han acondicionado al querer de las oligarquías de otras latitudes, actuando como colonias intelectuales, sin identidad cultural que los empariente con sus hermanos de terruño, para buscar dentro de sí, esa raíz profunda e intransferible de que habla Fernando Savater.

Gracias a la globalización, dice Eduardo Galeano en La escuela del mundo al revés, las personas ya no pertenecen a ningún lugar, pero los que menos lugar tienen, son los que más cosas poseen. Crecen sin raíces y despojados de una identidad cultural. Su patria está en las marcas de prestigio que distinguen sus ropas y todo lo que usan. De Sousa agrega que ante esa globalización hegemónica, que es la expresión del modernismo arrogante, incapaz de analizar su propia crisis generada por la exclusión, sobre la que se edificó el capitalismo, es necesario impulsar la Glocalización, que se trata de localismos globalizados y de globalismos localizados, que irían acompañados de movimientos sociales y políticos, u otras expresiones de la sociedad civil. Ésta es una forma de enfrentar el colonialismo cultural, que es la expresión de las tendencias expansivas del capitalismo.

Así las cosas, insiste Fals Borda, quedan pocas alternativas: O dejamos que se imponga el imperio neoliberal armado y unipolar. O propugnamos por la lucha desde abajo contra la globalización cultural, económica y política, como punto de referencia y signo de resistencia. Pero si ese proceso se reduce no más que a lo local y coyuntural, poco se ganaría, por lo que hay que coordinar fuerzas locales, regionales y nacionales hasta llegar al nivel mundial, donde se ha entronizado el gigante global enemigo.

En ese contexto, señala ese mismo autor en Crear futuro, ponencia presentada en el encuentro nacional de estudiantes de sociología celebrado en Barranquilla en octubre del 2004, que la respuesta está  en fortalecer la identidad cultural, encontrando vías para ese futuro en paz y con justicia social. Para ello hay que retomar las raíces ancestrales del socialismo autóctono agroecológico, para reencontrarnos con la estructura de valores sociales de los grupos prehispánicos cuyo ethos está conformado por tradiciones de solidaridad y ayuda mutua, que son el pegante ideológico necesario para reconstruir estas sociedades, que en la actualidad se han dejado confundir por las apologías del individualismo agresivo que se ha venido cultivando, con el señuelo de la prosperidad que significa la globalización.

No es de extrañar que estos pueblos se hayan dejado obnubilar por los cantos de sirena del desarrollo y la prosperidad. La educación formal ha contribuido en ese proceso, y eso es comprensible. Sus agentes hacen parte de lo que Benjamín Puche Villadiego, llama "guardianes de la cultura de occidente", empeñados en que las nuevas generaciones ignoren su pasado esplendoroso y acepten el yugo a que han sido sometidos.

Los valores de ese pasado, destaca Puche, hicieron posible la realización de obras como el tratamiento adecuado que recibieron   500.000 hectáreas de terrenos pantanosos en la depresión momposina, y otras 150.000 en el Medio y Bajo Sinú, donde se construyeron diques, canales, drenajes, camellones de cultivos, en lo que se constituye en la mayor obra de ingeniería hidráulica de América prehispánica; que de haberse respetado, esa región sería la mayor despensa agrícola de Colombia, y tal vez del mundo.

BIBLIOGRAFÍA.
DE SOUSA SANTOS, Boaventura. La caída del ángelus novus. Bogotá. ILSA. 2003.
FALS BORDA, Orlando. La globalización y nosotros los del Sur. Ponencia presentada en el Foro Mundial Temático. Cartagena. 19 de junio del 2003.
_________ Crear futuro. Ponencia presentada en el Congreso Nacional de Estudiantes de Sociología. Barranquilla. Octubre de 2004.
GALEANO, Eduardo. La escuela del mundo al revés. s.e. 2003.  
PUCHE VILLADIEGO, Benjamín. El sombrero vueltiao y La cultura Zenú: El gran imperio. Montería. Gobernación de Córdova. 2001. 
SAVATER, Fernando. El valor de educar. Barcelona. Ariel. 1998. 
SOROS, George. La globalización. Bogotá. Planeta. 2003. 
STIGLITZ, Joseph. El malestar de la globalización. Bogotá. Tauro. 2002.

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