Retomando el camino.


Al finalizar el año 2021, turbulento en todos los aspectos de la vida, tanto en el ámbito nacional como internacional, decidí hacer un receso de reflexión para este espacio que me permitiera vislumbrar los ajustes necesarios para ponerlo a la altura de las circunstancias y seguir a flote en medio del fragor de estos primeros meses del año 2022, cuando las campañas electorales copan gran parte de la atención de los colombianos.

Al mirar hacia atrás, hay que recordar que este blog nació por mi interés de   contribuir en alguna medida a ambientar el homenaje que tanto Tolú como Colombia le estaban debiendo a ese artista integral que fue  Héctor Rojas Herazo, cuando se estaba a menos de dos años del 12 de agosto del 2021, fecha en la que cumpliría cien años de haber nacido.

Con el fin de no saturar a los lectores con los distintos enfoques a la obra de este personaje, algunos amigos que conocían mi afición por las crónicas de viajes y de otros aspectos de la vida cotidiana, me sugirieron  divulgarlas por este medio, reservando la “ñapa” para mostrar apartes de las novelas del artista en cuestión, donde se hicieran evidentes los chispazos de genialidad que lo caracterizaron. 

Cumplido ese cometido inicial, en medio de un  año electoral, este susurro al oído llegará a ustedes con una frecuencia bimensual y en sus primeras entregas se enfocará en novelas o películas de autores latinoamericanos y colombianos, sin descartar a los de otras latitudes. 

A quienes se manifestaron para hacer notar la ausencia de este medio durante el mes de enero, gracias, muchas gracias.


El cartero de Neruda

Siendo Antonio Skármeta redactor cultural de un diario de quinta categoría, permanecía en sus húmedas oficinas hasta muy avanzadas horas de la madrugada sintiendo como   agonizaban sus ilusiones de ser escritor, al empezar una y otra novela que dejaba abandonada. Decepcionado por su falta de talento cae en  la depresión y hace su tránsito por la bohemia, condiciones que  aceleraron  su palidez característica. 

Esa situación hace que se deje seducir por lo que muchos años después calificaría como “satánicos argumentos” esgrimidos por el  director del diario, para enviarlo a asaltar la paz costeña del poeta Pablo Neruda, encargándole la elaboración de unas notas a orilla del mar, que le permitieran una semana de sol, viento marino…, y de paso entrevistar al poeta para hacerle una “biografía erótica” que fuera del agrado de los depravados lectores del pasquín para el cual trabajaban, tal como lo señala en el prólogo de la edición que acá se comenta de El cartero de Neruda.

Más adelante, Skármeta confiesa cómo Neruda le desarmó su oculto proyecto: Con una amabilidad que no merecía la bajeza de mis propósitos me dijo que su gran amor era su esposa actual, Matilde Urrutia, y no sentía ni entusiasmo ni interés por volver a ese ‘pálido pasado’. Esto hizo que el reportero se quedara largo tiempo en Isla Negra para merodear la casa del poeta y a los que la merodeaban. Catorce años después, aparecería el resultado de sus pesquisas.

Gracias a esta extraña circunstancia, surge la historia que sería la semilla  de la cual nacería, primero la película y luego la novela de  Skármeta,  donde el novelista logra rescatar una figura del poeta en la que tiembla el pálpito verdadero de la historia. Y sobre ella influye, y en ella interviene con el único poder de ese lenguaje intemporal y conmovedor que son sus poemas; tal como lo señala el presentador de la edición comentada, Antonio Calinas, quien recalca, además, la permanente y valiosa intemporalidad de esa imagen de Neruda.

Cuando Calinas habla de la novela y destaca que gracias a la versión cinematográfica esta obra había logrado buena parte de su éxito, quedé desconcertado, porque lo común y corriente es que los guionistas les hagan a las novelas la  adaptación para el cine. Y esto es tan importante, que en los festivales  cinematográficos existe una categoría para los premios que se denomina: Al mejor guion adaptado. 

Pero este es un caso particular. Antonio Skármeta concibe una historia donde convierte a Neruda en un personaje de ficción  que establece con el cartero una relación de amistad y humildad, como la de dos pescadores que se destacan al fondo de un friso. 

Y como cineasta que había realizado cortometrajes,  decide llevarla al cine y escribe el guion de la película que llamaría  Ardiente paciencia, título que toma del discurso de Pablo Neruda al  recibir el premio Nobel de literatura en 1971.

La cinta se estrena en 1983, en el exilio, como es de suponer,  logrando tal éxito que en el Festival iberoamericano de cine de Huelva, España, ganó ese año  el Colón de oro a la mejor película; y el mismo año, en el Festival latinoamericano de  Biarritz, Francia, obtuvo el Gran premio del jurado, también a la mejor película. Esta historia es convertida por su autor en la novela del mismo nombre,  publicada en 1985.

La novela Ardiente paciencia es llevada al cine por el director inglés Michael Redford, quien es además coautor del guion con un grupo de otros calificados guionistas, para una coproducción ítalo-francesa, filmada en italiano con el nombre de Il postino. Quienes hicieron el doblaje al castellano la titularon  El cartero de Neruda

La adaptación traslada la historia desde Isla Negra, Chile, donde se desarrolla en la versión original, hasta la isla de Capri en Italia, en donde Neruda había estado por una temporada con su compañera, Matilde Urrutia, durante su exilio en 1949.

La película se estrena en 1994 y es tanto el éxito, que obtiene más de veinticinco premios internacionales, lo que hace que las nuevas ediciones de la novela aparezcan con el nuevo título.


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